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Abscesos Cutáneos

 

Abscesos Cutáneos


1. ¿QUÉ ES UN ABSCESO?

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Un absceso es una colección de pus. El pus es un fluido espeso que habitualmente contiene glóbulos blancos, tejido necrótico y gérmenes. Su causa más frecuente es de origen bacteriano. La infección provoca una reacción inmunológica que activa los glóbulos blancos y otras sustancias químicas cuya función es luchar contra la bacteria. En esta batalla parte del tejido circundante muere o se necrosa. Así se forma la cavidad con pus. Esta cavidad crece mientras la infección no se controle.
 

2. ORIGEN Y SÍNTOMAS DE UN ABSCESO

La mayoría de los abscesos se forman debajo de la piel. Un forúnculo es el caso más frecuente. En este caso se trata de una infección de la raíz de un folículo piloso que desencadena una infección con la formación de un pequeño absceso. 

Las glándulas anales que se encuentran justo bajo la piel y también se infectan con frecuencia, formándose un absceso perianal. 

Los síntomas de estos abscesos superficiales son dolor, bulto con inflamación local, enrojecimiento y calor en la zona afectada.


3. FACTORES DE RIESGO PARA TENER UN ABSCESO

Los síntomas típicos de una obstrucción intestinal incluye:

  • Nauseas y vómitos

  • Eructos y dificultad para comer

  • Dolor abdominal cólico (intermitente en forma de rayadas)

  • Distensión o hinchazón abdominal

  • Ausencia de expulsión de heces y gases por el ano

Si no se trata la causa de la obstrucción los síntomas pueden hacerse más severos. Cuando se trata de una obstrucción mecánica el intestino obstruido puede dilatarse hasta perforarse provocando una peritonitis muy grave para el paciente. El aumento de presión intestinal también puede provocar isquemias o infartos de un tramo de intestino. Los síntomas típicos de obstrucción grave son:

  • Fiebre elevada

  • Dolor continuo

  • Sudoración

  • Mareos y debilidad

  • Hipotensión arterial

  • Taquicardia


4. CÚAL ES EL TRATAMIENTO DE UN ABSCESO

Aunque con frecuencia el tratamiento inicial es antibiótico, suele ser necesario drenar el pus de la cavidad para lograr un tratamiento definitivo. 

El drenaje consiste en una pequeña operación con anestesia local y en ocasiones sedación en la cual se hace un corte en la piel sobre el absceso para drenar la cavidad. Con el tiempo la cavidad se va reduciendo de tamaño hasta que cicatriza completamente la piel.

El tiempo de cicatrización depende del tamaño del absceso. Suele ser una cicatrización lenta ya que debe cicatrizar la cavidad desde dentro hacia fuera. Lo más importante es que no se produzca un cierre en falso de la piel pues podría conducir a una recidiva del absceso.


5. QUÉ PASA SI NO UN ABSCESO NO SE TRATA

Lo normal es que crezca hasta perforar la piel y se drene solo espontáneamente. Habitualmente esto sucede cuando el absceso tiene mucha presión en su interior. Suele doler intensamente. Una vez drenado mejora significativamente el dolor. 

Para evitar llegar a este extremo conviene acudir al médico para valorar un drenaje precoz y pautar antibióticos si fuera necesario.